Allá por el año 1952,
o hace apenas unas décadas, se aceptaba la inexistencia de una neuropatología
en la esquizofrenia, arraigando la idea de que la esquizofrenia constituía “el
cementerio de los neuropatólogos”. Así la colaboración entre bancos de cerebros
y grupos de investigación clínica hasta la fecha, se han referido
principalmente a enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson, etc),
siendo muy escasos los bancos de cerebros que investigan en salud mental.
Sin embargo con el
avance del método científico, nuevas tecnologías y prometedoras evidencias neuropatológicas
relacionadas con alteraciones del neurodesarrollo de la corteza cerebral
asociativa, han surgido nuevas pistas para el estudio en enfermedades como la
esquizofrenia: alteraciones morfológicas en los oligodendrocitos y astrocitos,
disminución de la asimetría interhemisférica de las minicolumnas corticales o
alteraciones en las espinas dendríticas en múltiples regiones cerebrales, podrían estar implicadas en la “conectopatía” de la esquizofrenia .
¡Os esperamos!
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