Dra. Helena Trebbau |
Para Winnicott no hay desarrollo mental sin la presencia del otro, y en ese sentido la díada materno-filial va a ser de especial importancia. Es a través de las experiencias relacionales tempranas con esta figura materna que se creará el vínculo, así como los modelos de conductas de apego que seguirán resonando a lo largo del resto de la vida. Si la calidad de las relaciones tempranas es lo suficientemente buena, el individuo podrá adquirir una seguridad basal que le permitirá acceder al mundo de la fantasía, la imaginación y los juegos, pero con la capacidad de retornar cuando sea necesario, amoldándose al principio de realidad.
Fuente: http://www.azquotes.com/ |
Hemos concluido que la definición de Winnicott de la creatividad tiende un puente capital hacia las neurociencias: es la base segura construida a través de un "vínculo suficientemente bueno" lo que permite desarrollar esta potencialidad "que hace que valga la pena que la vida sea vivida". Ahora bien, su concepción puede pecar de difusa, y es hija sin duda de las teorizaciones en torno al eros/thanatos o pulsiones de vida y muerte, una de las cuales Winnicott rechazaba. No es un dato menor el que la madre del propio Winnicott hubiera padecido frecuentes episodios depresivos, de los que su hijo trató de rescartarla sin éxito siendo niño. Ser testigo de esa "muerte en vida" sin duda influiría en la fuerza con la que 2 años antes de fallecer él, Winnicott sentenciara que la creatividad era la respuesta, lo opuesto, o lo que podía echarse en falta más que cualquier pulsión de muerte.
Los buscadores tradicionales de la creatividad habrían sido, desde siempre, los artistas. En sus pesquisas nos habrían dejado un gran reguero de anécdotas personales, manías incorregibles, lemas y supersticiones. Posteriormente la psicología ha querido encontrar las fuentes de la creatividad diferenciando cómo piensan los niños y cómo lo hacen los adultos. Qué papel tiene la enfermedad mental. La eterna pregunta de si hay relación positiva entre genio y locura. La neurociencia hoy nos brinda modelos que tratan de desentrañar el papel de la red neural por defecto, por qué determinados elementos de "ruido mental" pueden llegar a actuar como facilitadores (un leve ruido continuo, música, ducharse, caminar...) Cómo se integra lo que vamos conociendo de las diferentes funciones mentales en lo que llamamos creatividad.
Otras preguntas quedaron en el tintero:
¿Somos creativos tan solo los humanos o pueden serlo también los demás animales?
¿Qué relación hay entre creatividad y la vivencia de la temporalidad?
¿Es posible que el valor creatividad se ensalce como parte de la actual fase de capitalismo de ficción, en que más que productos debemos producir y consumir ideas y servicios inmateriales?
Esperamos vuestras reflexiones y comentarios.
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